martes, 19 de enero de 2010

Van cuatro meses casi

Cuando estaba preparando las cosas para venirme a Canadá, pensaba y pensaba y pensaba, no paraba
de hacerlo.
Hasta que me subí al avión y fué la primera vez que lo hice, para colmos, hicimos 36 horas de viaje,
contando desde que salimos de la casa de mi suegra. Casi todo fué nuevo en el tema de aeropuertos, desde
Ezeiza hasta Trudeau, pero no me deslumbró. El primer despegue lo hicimos agarrados de la mano con mi
hijo mayor y después repetimos ese contacto en cada despegue del viaje, creo que nos dimos seguridad
ambos.
Llegar no fué fácil, el cansancio se juntó con la ansiedad, me dolía el culo literalmente y quería un banio
decente y unas horas de suenio reparador que no llegó hasta apsados los primeros días. Nada raro pasó.
Los días transcurrieron sin pena ni gloria, Montréal es una ciudad que no me gustó desde el pricipio
pero que de a poco hemos ido limando asperezas y acostumbrándonos el uno al otro, sin pedirnos mucho.
Suenio con vivir en otro lado de Canadá, pero estoy contento, ocupo un punto en este vasto país que recién
se comienza a abrir. Paciencia es lo que me repito en estos últimas semanas.
Al comienzo fué un torbellino de emociones y visiones, escuchar y asombrarte en secreto y no tanto,
hacer trámites maratónicos, colas, hablar en francés por primera vez en verdad y en inglés también en
verdad.
Conseguir apartamento fué una confusión entre lo que necesitabamos y lo que podíamos pagar o mejor dicho
lo que nos convenía pagar y nos alquilamos uno que no nos convence que es desprolijo y que lo único que
lo salva es el sol que entra. Le podría hacer precio, pero prefiero dejarlo así.
Comprar los muebles nos salió caro, más de lo que pensé, eso que no compramos nada superfluo, por el
contario, buscamos de la lista lo más barato que encontramos y eso trajimos.
De a poco la guita se va como por arte de magia, cada gasto que haces es algo que se va y no vuelve,
entonces decidí trabajar.
Siguiendo el consejo de alguien, tomé la guía de teléfonos y comenzé a llamar a todas las empresas
de plomería que encontré, hasta que una repuesta positiva se hizo escuhar del otro lado del aparato.
Fuí a una entrevista en el centro de Montréal y al otro día estaba trabajando, pero no todo lo que reluce
es oro, pues todavía no me han pagado los días que trabajé de manera legal, no por debajo de la mesa
como le dicen por acá.
El dinero se sigue yendo y sigues buscando trabajo y me dí cuenta de que es difícil el mercado laboral si
no tienes un buen francés y un título canadiense, pues validar los tuyos acá, pues te puede tomar anios,
sea de lo que sea, que no quiere decir que no encuentres laburo, pero no vas a hacer valer tu titulo como
uno de acá, así de sencillo. Supongo que algún caso debe haber luego de un río de dinero y miles de relojes
de arena.
Ergo y para terminar saltándome parte de la historia, solicité la ayuda social, que me va a permitir estudiar,
y tomar las cosas tranquilamente hasta entrar en esta sociedad extrania, con un idioma extranio también.
Sé que el éxito está adelante, solo me queda tener paciencia.

12 comentarios:

Ricky dijo...

Leo, sos un buen tipo y a la gente como vos las cosas les salen bien.

Asi que, creo que es todo cuestion de tiempo. Fuerza.

Abrazo

Leo dijo...

Gracias, como siempe digo, la vida es una sola.
,-))

Ale Marge dijo...

Menos mal que hay otro bicho raro en el ciberespacio que no le gusta Montréal como a mí (por eso vivo en otro lado)
Saluditos y suerte.

Leo dijo...

jeje bicho raro es que me considero ormal, raros son los que les gusta montreal

Irmina dijo...

bueno, para felicidad de quienes me preceden, publicamente declaro que, con Vic y conmigo, los que preferimos otra ciudad antes que Montreal sobrepasamos el cuarto de docena! jejeje

Leo dijo...

pues veremos donde terminamos

Surazul dijo...

En Toronto...jejeje. Más grande, más oportunidades, más movimiento....peeeero, más inseguridad, más distractores que pueden hacer no convivir tanto con la familia...Y es mayormente hablado solo el inglés!!! eso es bueno no?

Saludos Leo!

ChivCan dijo...

Ademas de pais, cambiaste idioma, tamaño de ciudad. Es gran cambio, todo nuevo y la adaptacion lleva tiempo. No descartes moverte a un lugar "mas chico". Abrazo

Paola Bianchi dijo...

A mi me gusta, pero nunca me gusto vivir EN la ciudad. Por eso cuando llegamos alquilamos en IDS, que esta cerca pero no en el caos... Y ahora vivimos a 30 km aunque laburemos ahi.
Lleva tiempo encontrar tu lugar!

Pilas y a seguir para adelante que la primavera esta a la vuelta de la esquina :)

Anónimo dijo...

Leoooo!!!
Coincido totalmente con Ricardo.
Ya sé que se extraña la playa, que los tiempos son otros, el idioma, el clima, las costumbres...ya se van a ir acomodando las cosas. Además tenés una mujer al lado que es increíble y unos hijos divinos. Que no decaiga!!!
Y como dice Pao, si n te gusta Montreal, en cuanto puedas te alejás un poco.
Saludos desde la calurosísima Buenos Aires...
Romi ; )

Acosta dijo...

Hiciste bien con lo de la ayuda, tiempo al tiempo que todas las fichas van a ir cayendo en su lugar.

Abrazo.

Coty dijo...

A mi tampoco me gusta Montreal!
Un fuerte abrazo!
Coty